La mayoría de los aspirantes a cineastas de documentales pasan por la prueba de hacer un documental corto (generalmente con una duración de 20 a 30 minutos) antes de comprometerse a hacer su primer largometraje. Algunos descubren que incluso prefieren los cortos a los largometrajes.
Ahora bien, si estás en la etapa de editar tu documental corto, probablemente te estés preguntando cuánto tiempo podría llevar este proceso, y cómo saber cuándo te estás yendo por las ramas.
Érase una vez que tuve una gran charla con Mónica Wise, una documentalista independiente y videoperiodista que estaba celebrando el estreno de su primera película, “Lupita”, en un festival.

Ella ya tenía experiencia en la edición de obras de videoperiodismo de 5 a 10 minutos, pero esta fue la primera vez que dio el salto a editar un documental corto independiente.
En verdad aprecié la franqueza con la que me habló sobre el difícil proceso de publicación, incluyendo cuánto tiempo le tomó editar su primer filme.
¿Cuánto tiempo debería tardar?
“Lupita” dura solamente 20 minutos, y sin embargo, la edición tomó más de medio año; casi nueve meses.
A un "preditor" experimentado (un productor y editor, es decir, la misma persona que edita y escribe el guion), normalmente le tomaría dos o tal vez tres meses editar un documental de observación de 20 minutos (también conocido como cine de realidad o cine verité), y de cuatro a seis semanas si hay dos personas (un editor y un guionista) trabajando juntos.
No le pregunté a Mónica el tiempo exacto, pero esto es lo que sé: Yo vi un montaje de Lupita aproximadamente un año antes, en mayo de 2019, y Monica dice que esa fue la versión número veinte, más o menos. Así que Mónica y su editor ya habían trabajado en ello durante un buen tiempo.
Durante meses siguieron revisando versión tras versión y nunca llegaron a una estructura que realmente les funcionara.
La agonía de reestructuración sin fin
“Me interesaba incursionar en otro guion. Nos sentábamos y jugábamos con el material. Movíamos esto por aquí y decíamos, 'OK, esto debería funcionar'. Y luego lo veíamos y decíamos, 'aún no tenemos nada bien definido'”, me dijo Mónica.
¿Te sientes identificado con esto?
El problema no eran los materiales que tenía, porque tenía imágenes hermosas y un tema increíble.
Más bien, el problema fue algo que creo que muchos cineastas experimentan cuando por primera vez dan el salto de la edición de minidocumentales, u obras tipo videoperiodismo, a la edición de cortometrajes:
Mueven muebles de un lado al otro con la esperanza de que la estructura fluya, aun cuando la arquitectura y los cimientos todavía tienen defectos.
En un filme más corto ese enfoque puede funcionar. Pero una vez que superas la marca de los 20 minutos, tener un programa más o menos sólido o no tener un programa en absoluto, probablemente te pueda frustrar.
"Yo decía, ‘Está bien, intenta mover esto hacia atrás. Bien, ¿y si cortamos esto? ¿qué pasa si le damos a esto un poco más de espacio?’. Y en cada momento tenía mis dudas”.
“A veces mencionaba en la sala de edición que sentía que por fin estábamos llegando a algún lado, pero luego veía la película y seguía pensando, '¿Por qué odio esta película?'”.

Así fue como Monica y su editor estuvieron atascados en un ciclo interminable, reordenando escenas y esencialmente dejando todo al azar para ver si finalmente habían resuelto el rompecabezas estructural, pero al final solo descubrían que no se estaban acercando ni un poco.
“Estaba empezando a jugar con mover las escenas yo sola, pero hasta eso se volvió demasiado abrumador y pensé, 'Necesito unos ojos nuevos'. Al final conseguí un poco más de financiamiento y dije, 'Esta es una señal de que esto se puede salvar con una nueva visión y nuevas ideas’”.
Finalmente, una solución
Con las fechas límite del festival acercándose cada vez más, Monica finalmente terminó la edición en diciembre de 2019 luego de contratar a una nueva editora, Mar Jardiel, quien recortó completamente la película en un tiempo récord de dos semanas.
“Simplemente lo puse en sus manos y le dije, 'Por favor, arregla esto. Estoy exhausta’”.
La nueva editora arregló la película, la cual entró al festival de documentales itinerante de México, “Ambulante”, este 2020. También estuvo en la selección oficial del Festival Internacional de Cine de Guadalajara 2020. Para el público de habla inglesa, fue publicada en la sección de documentales del sitio web de The Guardian.

Creo que es correcto decir que Monica se siente enormemente agradecida con su editora final, sin mencionar a todos los miembros de su equipo.
Pero duele pensar en todos esos meses de incertidumbre y esfuerzo desperdiciado.
La Paradoja Mash-Up
“El corte final es totalmente diferente. Hay solo unas pocas escenas que son un poco más cortas, que fueron tomadas desde ese primer corte en bruto hasta el corte final". En el recuento final, Monica estima que la nueva editora retomó el trabajo "quizás con el cinco por ciento" de la edición.
Ella describió la estructura final como una mezcla de imágenes convertida en montajes – "todo básicamente revuelto, pero de una forma que tenía un hilo narrativo mucho más claro".
Y ahí radica una pista muy importante sobre cómo descifrar el código estructural de una película; es algo que los editores experimentados han descubierto, aunque a menudo solo después de años de batallar y de desarrollar eventualmente confianza para romper las reglas: la solución puede estar en dejar todo al azar, pero de una forma diferente que hasta podría sentirse intuitiva.
La lección: La ruta más clara hacia tu historia a menudo no es cronológica.